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Otra sesión de entrenamiento para que mi sumiso se convierta en mi juguete sexual sin cerebro que hace lo que yo quiero que haga!
Esta vez le até el pene y los testículos muy apretados al propio cuello! Tan apretado que sus testículos se convirtieron en dos balones saltarines para mí. Así que usé mi coño y mi gordo culo asiático para aplastarlos con cada empujón que le concedí. Con cada embestida profunda, me di el placer que quiero y le mostré quién está a cargo!
Estimulado por el placer de mi coño y el dolor de que yo aplaste sus testículos, él gime y se queja desesperadamente, hasta que está completamente bajo mi control y listo para ser follado por mi strap-on. Mi sumiso se convierte más y más en la zorra anal que quiero que sea, hasta que solo quiere correrse con mi polla en su agujero sucio!
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