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Este esclavo patético piensa que merece la vagina de la Diosa Dahlia. Qué tonto. ¿Por qué un esclavo miserable con un pene pequeño tendría el honor de adorar a la Diosa Dahlia de esa manera? Solo los esclavos experimentados que han saltado a través de todos los aros de Dahlia reciben ese honor. La Diosa Dahlia, sin embargo, le da a este perro lo que se merece. Se merece una bofetada en la cara. La Diosa Dahlia le da una bofetada a su perra con fuerza una y otra vez con sus guantes. Cuando ha terminado de dar bofetadas a su perra, la deja adorar sus botas negras con capucha. Se le permite con gracia lamer sus talones antes de que comience su verdadera pena. A continuación, sufrirá de la vara de la Diosa Dahlia.<\/p>"